Gracias...

Es curioso que me siente esta noche a escribirte, sobre todo por que tengo mil cosas pendientes por hacer y muy poco tiempo para terminarlas, por que mi vida se resume entre la casa y el trabajo y la escuela y un puño de papeles y archivos y cd´s con tesis y diseño y semiotica y axiología... Y el día se me va y las noches también y aveces quisiera tener 48 horas para terminar los pendientes...

Es curioso, pero me resulta irónico reconocer que aún te necesito y que tu fantasma no se ha ido, que se esconde en el armario o bajo la cama y aveces detrás de la puerta y sale de puntitas cuando no me doy cuenta y cambia las cosas de lugar y la estación de la radio, y me deja notas raras en el espejo...

Es curioso, pero esta noche no voy a reprocharte nada... solo quiero agradecerte...

Gracias, por llegar y después marcharte, por el tiempo, las caricias y los besos, por los brazos y las alas rotas, por los libros, por el 7 del mes 7, por aquel septiembre de 1722 y por la promesa de un 7 del 7 del 2007... Gracias...

Gracias, por la tristeza que me viste y la soledad que duerme a mi costado cada noche, por el miedo y las ganas de no volver a creer, por la burbuja y el bufón del espejo, por los encuentros tardíos y los mañanas que no llegarán jamás...

Gracias, por ser en mi vida el "aquél que un día fue", por llevarte en el bolsillo derecho a "la mujer que un día fui", por el sándalo y el vino tinto y el amor que desbordamos en medio de gritos de silencio, por la espera y los escalofríos, por los labios como espinas y las manos de navajas...

Gracias... Muchas gracias...